Un día como hoy de 1910 nació Agnes Gonxha Bojaxhiu en la Ciudad de Uskub del Imperio Otomano actualmente Skopie, República de Macedonia, era la
menor de los hijos de Nikola y Drane Bojaxhiu, hizo su Primera Comunión a la edad de cinco años y medio y
recibió la Confirmación en noviembre de 1916. Desde el día de su Primera
Comunión, llevaba en su interior el amor por las almas. La repentina muerte de
su padre, cuando Gonxha tenía unos ocho años de edad, dejó a la familia en
una gran estrechez financiera. Drane crió a sus hijos con firmeza y amor,
influyendo grandemente en el carácter y la vocación de su hija. En su formación
religiosa, Gonxha fue asistida además por la vibrante Parroquia Jesuita del
Sagrado Corazón, en la que ella estaba muy integrada.
Cuando tenía dieciocho años, animada por el deseo de hacerse misionera, Gonxha
dejó su casa en septiembre de 1928 para ingresar en el Instituto de la
Bienaventurada Virgen María, conocido como Hermanas de Loreto, en Irlanda. Allí
recibió el nombre de Hermana María Teresa (por Santa Teresa de Lisieux). En el
mes de diciembre inició su viaje hacia India, llegando a Calcuta el 6 de enero
de 1929. Después de profesar sus primeros votos en mayo de 1931, la Hermana
Teresa fue destinada a la comunidad de Loreto Entally en Calcuta, donde enseñó
en la Escuela para chicas St. Mary. El 24 de mayo de 1937, la Hermana Teresa
hizo su profesión perpétua convirtiéndose entonces, como ella misma dijo, en “esposa
de Jesús” para “toda la eternidad”. Desde ese momento se la
llamó Madre Teresa. Continuó a enseñar en St. Mary convirtiéndose en
directora del centro en 1944. Al ser una persona de profunda oración y de
arraigado amor por sus hermanas religiosas y por sus estudiantes, los veinte años
que Madre Teresa transcurrió en Loreto estuvieron impregnados de profunda alegría.
Caracterizada por su caridad, altruismo y coraje, por su capacidad para el
trabajo duro y por un talento natural de organizadora, vivió su consagración a
Jesús entre sus compañeras con fidelidad y alegría.
El 10 de septiembre de 1946, durante un viaje de Calcuta a Darjeeling para
realizar su retiro anual, Madre Teresa recibió su “inspiración,”
su “llamada dentro de la llamada”. Ese día, de una manera que nunca
explicaría, la sed de amor y de almas se apoderó de su corazón y el deseo de
saciar la sed de Jesús se convirtió en la fuerza motriz de toda su vida.
Durante las sucesivas semanas y meses, mediante locuciones interiores y visiones,
Jesús le reveló el deseo de su corazón de encontrar “víctimas de
amor” que “irradiasen a las almas su amor”. “Ven y sé
mi luz”, Jesús le suplicó. “No puedo ir solo”.
Le reveló su dolor por el olvido de los pobres, su pena por la ignorancia que
tenían de Él y el deseo de ser amado por ellos. Le pidió a Madre Teresa que
fundase una congregación religiosa, Misioneras de la Caridad, dedicadas al
servicio de los más pobres entre los pobres. Pasaron casi dos años de pruebas
y discernimiento antes de que Madre Teresa recibiese el permiso para comenzar.
El 17 de agosto de 1948 se vistió por primera vez con el sari blanco orlado de
azul y atravesó las puertas de su amado convento de Loreto para entrar en el
mundo de los pobres.
Después de un breve curso con las Hermanas Médicas Misioneras en Patna, Madre
Teresa volvió a Calcuta donde encontró alojamiento temporal con las Hermanitas
de los Pobres. El 21 de diciembre va por vez primera a los barrios pobres. Visitó
a las familias, lavó las heridas de algunos niños, se ocupó de un anciano
enfermo que estaba extendido en la calle y cuidó a una mujer que se estaba
muriendo de hambre y de tuberculosis. Comenzaba cada día entrando en comunión
con Jesús en la Eucaristía y salía de casa, con el rosario en la mano, para
encontrar y servir a Jesús en “los no deseados, los no amados, aquellos de
los que nadie se ocupaba”. Después de algunos meses comenzaron a unirse a
ella, una a una, sus antiguas alumnas.
El 7 de octubre de 1950 fue establecida oficialmente en la Archidiócesis de
Calcuta la nueva congregación de las Misioneras de la Caridad. Al inicio de los
años sesenta, Madre Teresa comenzó a enviar a sus Hermanas a otras partes de
India. El Decreto de Alabanza, concedido por el Papa Pablo VI a la Congregación
en febrero de 1965, animó a Madre Teresa a abrir una casa en Venezuela. Ésta
fue seguida rápidamente por las fundaciones de Roma, Tanzania y, sucesivamente,
en todos los continentes. Comenzando en 1980 y continuando durante la década de
los años noventa, Madre Teresa abrió casas en casi todos los países comunistas,
incluyendo la antigua Unión Soviética, Albania y Cuba.
Para mejor responder a las necesidades físicas y espirituales de los
pobres,
Madre Teresa fundó los Hermanos Misioneros de la Caridad en 1963, en
1976 la rama contemplativa de las Hermanas, en 1979 los Hermanos
Contemplativos y en 1984 los Padres Misioneros de la Caridad. Sin
embargo, su inspiración no se limitò solamente a aquellos que sentían la
vocación a la vida religiosa. Creó los Colaboradores de Madre Teresa y
los Colaboradores Enfermos y Sufrientes, personas de distintas creencias
y nacionalidades con los cuales compartió su espíritu de oración, sencillez,
sacrificio y su apostolado basado en humildes obras de amor. Este espíritu
inspiró posteriormente a los Misioneros de la Caridad Laicos. En respuesta a las peticiones de muchos
sacerdotes, Madre Teresa inició
también en 1981 el Movimiento Sacerdotal Corpus Christi como un“pequeño
camino de santidad” para aquellos sacerdotes que deseasen compartir su carisma y espíritu.
Durante estos años de rápido desarrollo, el mundo comenzó a fijarse en Madre
Teresa y en la obra que ella había iniciado. Numerosos premios, comenzando por
el Premio Indio Padmashri en 1962 y de modo mucho más notorio el Premio Nobel
de la Paz en 1979, hicieron honra a su obra. Al mismo tiempo, los medios de
comunicación comenzaron a seguir sus actividades con un interés cada vez mayor.
Ella recibió, tanto los premios como la creciente atención “para gloria
de Dios y en nombre de los pobres”.
Durante los últimos años de su vida, a pesar de los cada vez más graves
problemas de salud, Madre Teresa continuó dirigiendo su Instituto y
respondiendo a las necesidades de los pobres y de la Iglesia. En 1997 las
Hermanas de Madre Teresa contaban casi con 4.000 miembros y se habían
establecido en 610 fundaciones en 123 países del mundo. En marzo de 1997, Madre
Teresa bendijo a su recién elegida sucesora como Superiora General de las
Misioneras de la Caridad, llevando a cabo sucesivamente un nuevo viaje al
extranjero. Después de encontrarse por última vez con el Papa Juan Pablo II,
volvió a Calcuta donde transcurrió las últimas semanas de su vida recibiendo a
las personas que acudían a visitarla e instruyendo a sus Hermanas. El 5 de
septiembre, la vida terrena de Madre Teresa llegó a su fin.
“De sangre soy albanesa. De ciudadanía, India. En lo referente a la
fe, soy una monja Católica. Por mi vocación, pertenezco al mundo. En lo que se refiere
a mi corazón, pertenezco totalmente al Corazón de Jesús”. De pequeña
estatura, firme como una roca en su fe, a Madre Teresa de Calcuta le
fue confiada la misión de proclamar la sed de amor de Dios por la humanidad,
especialmente por los más pobres entre los pobres. “Dios ama todavía al
mundo y nos envía a ti y a mi para que seamos su amor y su compasión por los
pobres”. Fue un alma llena de la luz de Cristo, inflamada de amor por Él
y ardiendo con un único deseo: “saciar su sed de amor y de almas”. Madre Teresa de Calcuta una Santa en Vida.
"Muchas veces basta una palabra, una mirada, un gesto para llenar el corazón del que amamos." Madre Teresa de Calcuta
No hay comentarios:
Publicar un comentario