viernes, 31 de mayo de 2013

De Moscú a Barcelona

Cada día que pasa a los elementos de IU se les esta cayendo cada vez mas la mascara de demócratas. Como decía aquel "tiempo al tiempo ..."

Fuente: Diario El Mundo 31/5/2013, COMENTARIOS LIBERALES. Autor: Federico Jiménez Losantos 

De Moscú a Barcelona
 
EN 1977, Carrillo pactó con Suárez la legalización del PCE a cambio de la lealtad a la Ley –es decir, a la Reforma franquista frente a la ruptura antifranquista- y de dos reconocimientos: el de la Corona y el de la bandera nacional, que desde el siglo XVIII y con todos los regímenes salvo el de la II República, ha sido y es la rojigualda. Nunca se insistirá bastante en que fue la bandera de la I República y que su escudo tradicional es el coronado por el Águila de San Juan de los Reyes Católicos, que incluye las armas de todos los reinos cristianos, el yugo y las flechas, símbolo de Ysabel y Fernando, las columnas de Hércules y el Plus Ultra, símbolo del descubrimiento de América. El escudo actual, feo y dinástico, es menos nacional que el del Águila, que nunca ha sido símbolo de victoria alguna, ni de Franco ni de nadie, sino de San Juan, «El Águila de Patmos».
Que al escudo histórico se le llame preconstitucional, cuando preside la Constitución del 78, jurada y plebiscitada con él, prueba el triunfo del analfabetismo. Y que los comunistas arrinconen la bandera nacional en favor de la tricolor, la de Lerroux, adoptada absurdamente en 1931 y fatalmente asociada a la guerra civil del 36-39, demuestra que del PCE del 77 no queda nada y que sus jefes son torvos indocumentados. Pero en honor del PCE del 68 al 77 –condena de la invasión de Praga, asumir el modelo del PCI– que es el que yo conocí, quiero recordar que si no sufrió para adoptar la bandera nacional en 1977 fue por una razón: porque, sin que sus jefes lo advirtieran y gracias a los jóvenes militantes, había dejado de ser el partido de Moscú y se había convertido en un partido español. Al rechazar Cayo Lara la soberanía del pueblo español y respaldar el separatismo catalán, el PCE vuelve a ser el partido del extranjero. Y ni siquiera el de Moscú: el de Barcelona. Con Stalin, el derecho de autodeterminación fue una forma de trocear estados burgueses para someterlos a la URSS. Pero incluso como proyecto criminal, la III Internacional tenía cierta grandeza. Esto no. Valderas, verdadero amo de IU, quiere unir directamente a Andalucía con Cuba y Venezuela. Y Cayo Lara va y deja de ser agente de la Komintern para convertirse en representante de los Pujol. ¡Qué degeneración!

martes, 28 de mayo de 2013

Los itinerarios de la libertad de palabra

Santiago Muñoz Machado, que sabe mucho de leyes, recordó ayer que el derecho a la libertad de expresión, a la que consagró su discurso de ingreso en la Real Academia Española (RAE), Los itinerarios de la libertad de palabra,tiene un pasado tan corto que se cuenta por décadas. 

Muñoz Machado nació en Pozoblanco, Córdoba en 1949 es catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad Complutense y académico de número de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, está considerado como el gran renovador del Derecho Público, Constitucional y Administrativo, en España. Su obra tiene una gran influencia en Europa e Iberoamérica. Trabajó en la época de Adolfo Suárez, desde la sala de máquinas de Presidencia del Gobierno en los cambios jurídicos que precisaba el nuevo Estado democrático y descentralizado. Con 30 años obtuvo la cátedra de Derecho Administrativo en la Facultad de Derecho de la Universidad de Valencia; después la ganaría en Alcalá de Henares (1982) y Complutense (1994), en cuya Facultad de Derecho sigue impartiendo docencia.
Como jurista de reconocido prestigio internacional es, además, miembro de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires y miembro de la International Academy of Comparative Law. Doctor Honoris Causa por la Universidad de Valencia
Es autor de más de 30 libros que abordan los problemas del Derecho Público, la Constitución, el Estado, la Comunidad Europea... y  desde el pasado día 26 ocupa la silla «r» de la Real Academia Española (RAE), vacante desde el fallecimiento de Antonio Mingote.

Hay mucho que destacar en su discurso de ingreso y el por que de su discurso.
"Las palabras no siempre fueron libres. En momentos y lugares, aún no lo son. Que la expresión irrumpa sin trabas ni siquiera es una vieja tradición en la vieja Europa".
“Tenemos la ideología común de la libertad de palabra como si fuera de toda la vida y solo la hemos estrenado a finales del siglo XX”.
“Es importante recordarlo para no banalizar una conquista que ha costado varias centurias y, sobre todo, para no distraerse ante cualquier nueva amenaza”.

El jurista glosó la figura de su antecesor en el sillón “r” minúscula, Antonio Mingote, como mucho más que un humorista (“tenía la introspección del pensador y la manera de trabajar del editorialista”) y un hombre marcado por la tolerancia, como ilustra una cita del fallecido dibujante de Abc: “Mi corazón está con mucha gente de la derecha, que es simpática y generosa, y mi pensamiento con mucha gente de la izquierda, que tiene razón”. Y también fue la tolerancia reivindicada por algunos pensadores del siglo XVI el motor que removió el statu quo de aquellos días donde la intransigencia —religiosa, científica, política— gobernaba desde la hoguera. “Matar a un hombre no es defender una doctrina, es matar a un hombre”, proclamó Sebastián Castellio contra el fanatismo de Calvino, que achicharró a Miguel Servet y a sus libros el 27 de octubre de 1553 a las puertas de Ginebra. Otros pensadores, entre ellos Spinoza, Locke o Milton, se sumarían en el futuro a esta corriente aperturista que acabaría rompiendo corsés a lo largo de los siglos hasta que en EE UU le dieron la última vuelta de tuerca en 1964 con una sentencia del Supremo que defendió “la libertad de palabra como una proyección del principio democrático”, expuso el nuevo académico, que recibió respuesta de José Manuel Sánchez Ron, uno de los tres avalistas de su candidatura, ante la presencia de los ministros José Ignacio Wert y Ana Mato. Ante los desafíos actuales, ya sean los “discursos del odio” en la calle o la bulimia expresiva de Internet, el jurista propone la misma receta que sus clásicos: “Las palabras solo se contrapesan con más palabras y los discursos con más discursos”.
No olvidó Santiago Muñoz Machado a los juristas que le precedieron en la RAE. El primer discurso leído en la Academia en 1847 fue el de Alejandro Oliván, considerado uno de los padres del Derecho Administrativo español. Y a Muñoz Machado le consideran el gran renovador del Derecho Público, tras una larga trayectoria académica —logró la cátedra a los 30 años— e investigadora, con una treintena de publicaciones. Pero al nuevo académico le apasiona la historia. Uno de sus últimos libros es Sepúlveda, cronista del emperador, donde rescata de un olvido de 500 años la figura del contradictor de Bartolomé de las Casas. “Se le conocía como el malo de la película y el ideólogo de la mano de hierro del emperador, pero hay otros aspectos notables, como que fue el mayor traductor de Aristóteles del siglo, preceptor de Felipe II, consejero de los papas y uno de los grandes renacentistas que polemizó con Lutero”, observa el biógrafo. Tal vez sea la inclinación histórica la que le ayude a elegir una buena palabra con “r”: revolución. Confiesa que le gustan los cambios bruscos de las cosas que no funcionan.

Discurso completo: Los itinerarios de la libertad de palabra.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Reelección polémica

Hay un partido en especial que se le llena la boca con palabras como LIBERTAD, DEMOCRACIA y DIGNIDAD, cuando en realidad ellos piensan todo lo contrario, este es Izquierda Unida o mejor dicho el partido que manda en esta coalición el Partido Comunista de España.
Este partido es el que reclama estas tres cosas, una y otra vez al partido que gobierna España, el PP, venga o no al caso. Siempre en las bocas de sus políticos mas destacados están estas palabras para erigirse como únicos valedores de ellas y echándole al PP la carencia de los valores que ellas expresan.
Claro que también ocurre que el refranero español es muy amplio y tiene uno que le vienen muy bien a estos de IU; "dime de que presumes y te diré de que careces".
Este partido, IU, es el mismo que defiende al gobierno dictatorial de Cuba, a los totalitario de Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua. Gobiernos que no creen en la LIBERTAD de las personas para elegir libremente, no admiten un sistema democrático de derechos y de respetar sus Constituciones y no cultivan la DIGNIDAD de sus ciudadanos al considerarlos inmaduros (podría poner otra palabra peor) para saber que es lo mejor para ellos y erigirse como "guías" de sus pueblos.

Este es el "doble" (entrecomillo porque en realidad solo hay uno, el segundo) mensaje que lanza los políticos de este partido, Lara, Centella, Valderas, Castro, Meyer, Anguita, ... Porque en realidad lo que les "pide el cuerpo" es que en España pueda ocurrir lo mismo que en esos países, de hecho ese es el trabajo que están realizando "echando" a la gente a la calle, viendo que en la urnas en unas elecciones democráticas y libres no conseguirían nunca el poder.
Pero volvamos a los países que tanto apoyan IU y en especial a un amigo del que fuera presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero. Ese amigo no es otro que Evo Morales, el señor que se ha saltado SU propia Constitución para aferrarse al poder.

 Fuente: El País. EDITORIAL de 22 de Mayo 2013
Reelección polémica
El Gobierno de Bolivia publicó el lunes la ley que permite a Evo Morales presentarse por tercera vez a las elecciones presidenciales. Después de haber ganado los comicios en 2006 y de haber sido reelegido en 2010, la próxima cita con las urnas será en 2014. Nada habría que objetar a esta decisión de no ser porque la Constitución prohíbe un tercer mandato presidencial. La misma Constitución, por cierto, que Morales promulgó en 2009 y con la que anunció el advenimiento de “una nueva era” en Bolivia.
Un año antes, el presidente se había comprometido a no permanecer en el poder más de dos periodos. “Evo no es ambicioso. Evo no tiene intereses”, proclamó.
Ahora se desdice y el Gobierno sostiene que, en realidad, el primer mandato no cuenta, porque se dio antes de la refundación de Bolivia. En 2009, por tanto, se pone el contador a cero, y en 2014 Morales se postulará a su “reelección”, y no a la “re-reelección”.
Esta artimaña política choca de nuevo con la Constitución, que señala, específicamente, que los mandatos presidenciales anteriores a su entrada en vigor “serán tomados en cuenta a los efectos del cómputo de los nuevos periodos de funciones”. Ese precepto fue determinante para que la oposición diera su apoyo a la nueva Carta Magna.
Lo peor del caso no es que el Gobierno boliviano pisotee las normas, sino que para ello haya contado con el aval del propio Tribunal Constitucional, que hace suyos los argumentos del Ejecutivo por encima del respeto a la ley.
El episodio, que la oposición califica de “golpe a la democracia”, pone de manifiesto una tendencia preocupante en América Latina. Porque el afán por prolongar el mandato más allá de los límites constitucionales está implicando la desarticulación del juego de contrapesos que frena los abusos de poder. Los resortes democráticos se utilizan para ir socavando la democracia, gracias al control progresivo de todos los estamentos del Estado, incluido el judicial.
Evo Morales sigue los pasos del ecuatoriano Rafael Correa, del nicaragüense Daniel Ortega y del mentor de todos ellos, el venezolano Hugo Chávez. El mismo debate se abre ahora en Argentina a raíz de la controvertida reforma judicial impulsada por Cristina Fernández, que asegura, como hizo Morales en su día, que no piensa en una tercera elección.

Ya esta los diarios de izquierdas no admiten las manipulaciones totalitarias de estos "dictadores" en potencia escondidos en aparentes elecciones democráticas.





lunes, 20 de mayo de 2013

La rociofobia

He esperado a hoy lunes de Pentecostés, día de la salida por su aldea de Nuestra Señora del Rocío para ver a los centenares de miles de peregrinos que han hecho "el camino" para verla, para publicar el articulo de Carlos Colón publicado en el Diario de Sevilla el pasado viernes 17 de mayo.
Lo hago porque creo que ha dado en "el clavo" en todo lo escrito, tanto en lo de los progres y los católicos "tocados por la mano de Dios". 
Dentro de unas horas empezaran a salir los peregrinos de vuelta a sus domicilios por todas las partes del mundo, en especial los que lo hacen para Sevilla y mañana de nuevo estos individuos volverán con su "rociofobia". Unos "rociofobios" son los que dicen mucho el "vive y deja vivir", como habréis interpretado me refiero a los "progres", ¡si a estos!, estos que en realidad quieren decir, "vive según yo entiendo y te callas si no estas de acuerdo y no me molestes". Los otros "rociofobios" como podéis discernir son los "católicos tocados por Dios", esos que creen que los verdaderos creyentes son los que son tristes (no confundir tristeza con seriedad) y que Dios no quiere a personas que vivan su Fe con alegría, cante y baile.

La rociofobia   

Es curioso esto de la rociofobia que se desata cada vez que los romeros se ponen en camino. Hace extraños compañeros de viaje. Al parecer la romería molesta por igual al beato meapilas, que se escandaliza porque la gente cante, beba y baile en una fiesta religiosa, como al progre que aborrece por igual todas las manifestaciones piadosas, especialmente las populares. Lo del meapilas tiene dos versiones: la heredera de aquel catolicismo que confundía la seriedad con la tristeza y el rigor con la intransigencia, pálido por no salir de las sacristías, malhumorado por reprimido, duro por su desprecio hacia la vida real y las humanas debilidades que la tejen; y la variante comprometida o de base de quienes se creen los depositarios de la pureza, la sencillez y la pobreza evangélica. ¡Y es de ver la cólera con la que estos supuestamente mansos corderos balan!

En cuanto al progre que considera represión franquista que se repriman las botellonas, porque cree que el "derecho" a la diversión de los niñatos está por encima del derecho al descanso de los vecinos, y se entusiasma cuando se corta el tráfico para que pase una manifestación con batucada o un maratón -cosas por supuesto legítimas: tanto como que se corte para que pasen las carretas-, resulta que se indigna porque un día al año, sólo uno, no todos los fines de semana, se tiren cohetes, suenen tamboriles y la salida de las hermandades provoque atascos de tráfico.

Lanzan sus anatemas los fariseos católicos -carcundias o de base- condenando a los impuros juerguistas que, según ellos, toman la religión como pretexto para montarse una juerga. Como si hoy fuera necesario recurrir a este pretexto para desmadrarse. Supongo que nunca se han molestado en contemplar ese centro absoluto del fenómeno rociero que es el rostro sabio y bueno de la Virgen del Rocío, cantiga de Alfonso X esculpida. Aunque me temo que si la miraran, no la verían. Les cuadra el reproche del Señor: "¿Es que tenéis la mente embotada? ¿Teniendo ojos no veis y teniendo oídos no oís?".

Y lanzan sus denuestos los progres marcando esa pedante distancia que siempre ha separado del pueblo a quienes, sin serlo, se tienen por ilustrados. Mientras tanto la devoción no deja de crecer, Triana celebra su bicentenario y los almonteños acogen a las 112 hermandades filiales que, desde Villamanrique y Pilas en el siglo XVII, no han dejado ni dejan de fundarse. 

                                 Carlos Colón

lunes, 13 de mayo de 2013

La penumbra reza

¡Como siempre Don Antonio, mas claro no se puede decir!.

Fuente: Diario ABC 9/05/2013 EL RECUADRO - Autor: Antonio Burgos 
La penumbra reza
Antes teníamos en Sevilla unas iglesias muy oscuras y con las enfoscadas paredes muy encaladas, en las que resaltaba todavía más el dorado de los barrocos retablos o el marmoleado de los neoclásicos. Ahora son unos templos con las paredes muy descarnadas, con un ladrillo visto al que se le ve hasta el alma de lo malos que son, ladrillos de fábrica, no casi taraceados ladrillos agramilados de primor. ¡Igualito los ladrillos vistos de Aníbal González y del regionalismo arquitectónico, los del Coliseo España o los de la Plaza de España, que estos ladrillos que dejan ahora al descubierto en la moda que se ha impuesto entre los restauradores que lo dejan todo como Maese Alonso Ximénez las que fueron riquísimas Gradas de la Catedral por la calle Alemanes, y a las que les ha puesto unos resbaladeros absolutamente estilo Leroy Merlin, con losetas de cuarto de baño malo de apartamento de la playa o de terraza chungaleta de piso de VPO no, peor todavía!
Y junto a estos ladrillos descarnados, que no vistos, que el ladrillo visto es otra cosa, nos han dejado a las restauradas iglesias iluminadísimas. El proceso es el siguiente: van y restauran una iglesia, y le quitan todo su encanto, aquello que decía Goya de que "el tiempo también pinta". Y para que se vea la mamarrachada que han hecho, como en San Bartolomé, como en Santa Ana, como perpetraron en tantos templos, viene la Fundación Sevillana de Electricidad y le mete a aquello toda la luz del mundo, ¡hala!, para que el desaguisado quede mucho más a la vista.
La última iglesia que ha sufrido este proceso es San Esteban. Ha sido la ultima iluminación artística que ha pagado Endesa, ella de soltera Sevillana de Electricidad. Me ha recordado lo de don Santiago Montoto y Federico García Lorca. Un día, Manuel Barrios le preguntó a Montoto:
-- Don Santiago, usted que lo conoció: ¿García Lorca era mariquita?
Y Don Santiago, con su famoso colmillo retorcido, le dijo:
-- Demasiado, Barrios, demasiado...
Con San Esteban, igual. Delante de mí le preguntaron el otro día a un sevillano con paladar qué le parecía la iluminación que se ha estrenado en San Esteban. Y dijo:
-- Me parece demasiada luz...
Y es que nos hemos olvidado, mi querido arzobispo don Juan José Asenjo, que los templos son antes que nada lugares de oración, no museos de barrio, o de feligresía, o de cofradía. Esas luces que les están poniendo a los templos, como la locomotora de Caracol el del Bulto en Atocha, las quisiera yo ver en el Museo de Bellas Artes, o en la oscurísima exposición de las Santas de Zurbarán en el Convento al que un mamarracho socialista le puso de mote "Espacio Santa Clara" y otros mamarrachos populares se lo siguen llamando. Vamos, que donde parece que está reservado el Santísimo es en la exposición de las Santas de Zurbarán, no en San Esteban.
Olvidan que la penumbra también reza. La Catedral, antes de que en el 92 la convirtieran en la segunda pinacoteca de Sevilla y primer museo de la ciudad, te invitaba a rezar con su penumbra, en la que escuchabas resonar los pasos de las beatas sobre el mármol de la solería ajedrezada. Ahora la Catedral te invita... a sacar el tíquet de entrada, no a rezar. En cualquier iglesia, antes, se veía a lo lejos brillar la luz de la lamparilla que iluminaba el Sagrario, como un faro de devoción sacramental en un pequeño mar de aceite, como una mariposa aleteando en honor de Su Divina Majestad. ¡Cualquiera es el guapo que ve ahora la lamparilla del Sagrario en estas iglesias con más luz que una playa de la Costa del Sol! Como que más que un devocionario para rezar, a estas iglesias de la moda Endesa hay que entrar con gafas de sol...

jueves, 9 de mayo de 2013

¿Por qué no contratan los empresarios?

Fuente: Diario El Mundo. 8/05/2013 TRIBUNA - Autor: Juan Antonio Sagardoy Bengoechea (catedrático de Derecho del Trabajo)

¿Por qué no contratan los empresarios?

Los empresarios no contratan, básicamente, por falta de espíritu emprendedor y rechazo social a los empresarios. Por la pésima situación económica. Por una normativa legal administrativa claramente inadecuada y asfixiante y unas leyes laborales que son susceptibles de mejora en materia de contratación. Y por la falta de un consenso político en buscar soluciones al escandaloso desempleo que nos asola. Veámoslo por ese orden advirtiendo que tan solo quiero resaltar algunos de los males que nos aquejan en lo que concierne al paro, sin tratar de ofrecer en profundidad soluciones a todos los problemas.
Hay estadísticas que demuestran que, por razones culturales, sociales y económicas, los españoles somos más propensos a la seguridad que al riesgo. Por eso para la mayoría de los jóvenes su meta preferida es ser funcionario. Ello coincide con una escasa valoración social de la innovación y la iniciativa, y un sistema educativo en que brilla por su ausencia el espíritu emprendedor, así como el papel del empresario respecto a la creación de bienestar y empleo. Por el contrario suele predicarse lo opuesto: en algún libro de la llamada Educación para la Ciudadanía se definía al empresario como un ¡repugnante ser antisocial, egoísta y explotador del prójimo! Y claro, con tales mimbres mal se puede inculcar en los jóvenes afición el emprendimiento. Y si no hay emprendedores, no hay empleo. La educación, la familia, el marco institucional, los medios de comunicación y la estabilidad económica son muy importantes para lograr un espíritu que lleve a la creación de empresas.
En España es curioso que, según una encuesta del Eurobarómetro, la visión social de los empresarios es ambivalente. Mientras un 83% considera que los empresarios benefician a todos con su creación de riqueza (porcentaje solo superado por Islandia y Portugal), el 62% tiene una imagen negativa por entender que «sólo piensan en su bolsillo» o «se aprovechan del trabajo de otros». Sólo nos superan en porcentaje Chipre y Grecia. Y estoy seguro que ahora el porcentaje sería bastante más alto. Es significativo sin embargo que en alguna región, con bajo índice de paro respecto al nacional, como Guipúzcoa, el 65% tiene una imagen positiva o muy positiva de los empresarios. En definitiva, y dando por hecho que hay que profundizar en la ética en los negocios y en la Responsabilidad Social Corporativa, debemos tomar medidas de todo tipo para fomentar el espíritu emprendedor y valorar al empresario. Valorar lo que aporta más que lo que gana. Si no, es tirar piedras contra el propio tejado: queremos empleo y a la vez denostamos a quien lo da.
La segunda cuestión se refiere a la situación económica. Sería una insensatez que tratase de explicar los problemas y soluciones que podamos dar, pero sí parece oportuno hacer unas breves reflexiones. La primera afirmación a modo de axioma de cabecera es que si no hay una situación económica buena, el empleo desaparece y no vuelve. Dicho en términos sencillos, si no hay negocio, si no hay ventas, si no hay recursos económicos para producir y sostener, no habrá contratación laboral. Es obvio. Pero además, habrá de modo creciente más despidos. Y ahí hay mucho que hacer aunque algo se esté haciendo. Sin afán exhaustivo yo diría, que las cargas fiscales deben ser las adecuadas para que no se muera el consumo, ni se asfixie a la empresa. Soy de los que creen –y ejemplos tenemos en la Comunidad de Madrid– que la disminución de ingresos del erario público por impuestos menores, se compensan con mucha más aportación al Fisco, por la actividad económica que genera el que se tenga dinero para gastar y para invertir. Menos impuestos es igual a más ingresos fiscales. Por otra parte, hay que invertir en gastos productivos y abandonar, con energía los improductivos. Hace unos días decía en este periódico Lamo de Espinosa que hay que reducir los yacimientos de gasto improductivo y llevar esos recursos a obra civil que genere productividad. La política de Roosevelt, en la Gran Depresión, tuvo unos efectos positivos.
Por otra parte, hay que facilitar el crédito, sobre todo a las pymes (sin olvidar la promesa de IVA pagado con factura cobrada) para que pueda fluir su actividad empresarial. Sin capital es como vivir sin pulmón. Y las empresas están con graves problemas de financiación. Luchar ahí es luchar por el empleo. En definitiva, los bienes y servicios que producen las empresas requieren medios económicos para producirlas y mercado donde colocarlos. Por ahí hay que avanzar.
El tercer tema es el de la normativa legal, como protagonista importantísimo de la actividad empresarial. Primero me refiero a todo el entramado legislativo no laboral. Es tremendo que, según el Informe del Banco Mundial, Doing Business 2013, poner en España un negocio en marcha nos coloca en el mundo en el puesto ¡134º! (por detrás de Zambia) y en cuanto a las facilidades ordenancistas para hacer negocios estamos en el 44º. Así no podemos seguir. Hay que sacudirse el polvo paralizador de la burocracia, incrementada en nuestro caso por la falta de unidad de mercado gracias a los reinos de taifas autonómicos. Se ha hecho mucho pero queda mucho más por hacer. Eso que se decía de EEUU que llegabas a la mañana y a la tarde abrías un negocio, tendría que ser más que una anécdota. La burocracia es necesaria y tiene aspectos positivos como la racionalización, la seguridad, el orden… Pero cuando se convierten las normas en objetivos en lugar de medios, el sistema se pervierte. La burocracia tiene que ser un cauce no un dique. Y entre nosotros, los trámites, el tiempo y el coste, son inasumibles por las empresas. Y como es lógico, impide crear empleos. Según un estudio de la Agencia Estatal de Evaluación de las Políticas Públicas de 2007, la media de trámites para abrir un negocio en España es de 13 a 15; el tiempo, entre 150 y 240 días; y el coste, entre 1.500 y 3.500 euros. En tiempo y coste, el doble que la media de la UE. En Australia el tiempo es un cuarto de hora y 35 días en México. El coste, 1 euro en Austria y 331 en Australia. Y en trámites, 4 en Australia y 11 en México. Y no olvidemos que el exceso de burocracia favorece la corrupción.
En cuanto a la normativa laboral, creo que la Reforma no genera despidos sino que los canaliza con unos trámites más simples, pero a la vez está evitando destrucción de empleo a través de medidas preventivas de flexibilidad interna. A pesar de todo habría que entrar en la reforma de los contratos, abandonando el marasmo actual para ir a un contrato único, mejores contratos formativos y un contrato por «necesidades empresariales», de carácter temporal, que aunase todas las fórmulas de contratos temporales que ahora tenemos. Y desde luego el contrato a tiempo parcial, que puede dar mucho empleo, está esperando desde hace muchos años su flexibilización a fondo.
Finalmente, el cuarto punto, requiere poca reflexión. Me parece una idea muy acertada que el Rey tome la iniciativa de llamar a capítulo a las fuerzas políticas y sociales para buscar un Pacto contra la crisis. Sería un gran servicio a España. Pues ¿qué desgracia tenemos los españoles para que ante un drama nacional de tales proporciones como el paro del 27% y más del 50% entre los jóvenes, los partidos (al menos PP y PSOE) no se pongan de acuerdo en buscar soluciones? Pues eso.

lunes, 6 de mayo de 2013

Coca Cola, la ídem y la perla de Mario Jiménez

Como ha todo invento se le pone una fecha, aunque este sea el resultado de una investigación o casualidad, el que nos ocupa no podía ser menos y un 5 de mayo de 1886 fue creada la Coca-Cola.
Todo comenzó en la ciudad de Atlanta (Georgia) en 1886, cuando un farmacéutico llamado John S. Pemberton desarrolló la fórmula de un jarabe para una bebida deliciosa y refrescante que poco después pasaría a ser comercializada en fuentes de soda. Su contable, Frank Robinson, fue quien ideó la marca y diseñó el logotipo.
En 1891 otro farmacéutico, Asa G. Candler, compró y registró la marca.
En cuatro años consiguió que Coca-Cola se bebiera poco a poco en todos los Estados Unidos y en 1897 se produjo la primera exportación del producto fuera del país.
Benjamin Thomas y Joseph Whitehead, dos abogados de Tennessee, convencieron a Candler de que les concediera los derechos de embotellado en 1899.
El sistema de embotelladores que se estableció es el que continúa vigente en nuestros días y consiste en autorizar a empresas locales a fabricar, distribuir y vender el producto cuyo preparado básico es suministrado por Coca-Cola.

En 1915 se celebró un concurso de embotelladores para crear un envase único. Lo ganó Alexander Samuelson y, casi cien años más tarde, su "botella contorno" sigue siendo el icono comercial más ampliamente reconocido del mundo.
Se ha dicho que la botella de Coca-Cola es el diseño más familiar de la historia de los productos de consumo.
Los consumidores asocian la botella a los buenos momentos y a celebraciones compartidas con la familia y amigos.

Ernest Woodruff compró en 1919 todas las acciones de Coca-Cola a la familia Candler y logró consolidar el negocio tras la I Guerra Mundial.
Y aún hay más.

  
        


 COCA COLA

Resulta que iba un repartidor de coca cola por la carretera con su camión, y vio a una tía buenísima haciendo auto-stop.
Total, que la sube y la lleva hasta su destino, y ella, muy agradecida, se ofrece al repartidor a echar un "kiki".
El repartidor acepta y se para en el arcén de la carretera, y para no hacerlo en el suelo, pone un toldo de la coca cola que llevaba aguantado por las esquinas con 4 cajas de coca cola.
El repartidor le echa el polvazo del siglo, y la tía se desmaya del gusto, entonces el tío se acojona y se larga por patas dejándola allí tirada.

Al rato pasan dos mataos en una scooter, ven a la tía y deciden aprovechar el momento también, se la tiran, y cuando acaban uno le dice al otro:
-ESTO SI QUE SON PROMOCIONES Y NO LO DE LOS PUNTOS DE MOVISTAR!!!


LA PERLA DE MARIO JIMÉNEZ DIAZ

"Andalucía ha demostrado que hay otro camino, que se puede, pero Rajoy no quiere, porque el Gobierno del PP necesita tiempo para ajustarle las cuentas a los consensos que forjaron nuestro modelo de convivencia" 2/05/2013. Mario Jiménez es vicesecretario general del PSOE-A y parlamentario andaluz.
Nace en Moguer en 1971. Diplomatura de Economía, especialidad en Administración pública y Máster en Derecho. Afiliado al PSOE desde 1989 y en la UGT en 1994.
Fue Secretario general de la Agrupación Local del PSOE de Moguer; Concejal en el Ayuntamiento de Moguer (95-99); Secretario general de las Juventudes Socialistas de Huelva 1994-95; y Secretario de Organización de las Juventudes Socialistas de Andalucía 1995-97. 
Ha sido vicepresidente de CajaSol; Asesor en el Gabinete de Relaciones Institucionales de la Presidencia de la Junta de Andalucía en el año 1997; Subdirector General del Instituto Andaluz de la Juventud de la Consejería de la Presidencia y Secretario de Solidaridad y Cooperación de la Comisión Ejecutiva Regional del PSOE-A.
Parlamentario andaluz por Huelva desde el año 2000. Ha sido presidente-portavoz del Grupo Parlamentario Socialista entre 2010 y 2012. Ha sido en esta VIII Legislatura Presidente de la Comisión de Obras Públicas y Transportes; Secretario de la Comisión de Agricultura y Pesca; Secretario de la Comisión del Desarrollo Estatutario. Vocal de la Comisión de Gobernación y miembro de la Comisión de Reglamento. Vocal de la Diputación Permanente. Vocal de la Comisión de Reglamento.
También ha sido Presidente de la Comisión  de Medio Ambiente; Portavoz de Pesca e Inmigración; Vocal de la Comisión de Coordinación y  Secretario de la Comisión de Agricultura, Ganadería y Pesca.
Secretario de Organización del PSOE de Huelva desde 2000 a 2008. Secretario general del PSOE de Huelva (2004-08). Parlamentario andaluz por Huelva. Ha sido Presidente-Portavoz del Grupo Parlamentario Socialista en el Parlamento de Andalucía.

*Cinco preguntas: ¿Se puede tener un Máster en Derecho sin ser Licenciado en Derecho?, ¿se puede ser secretario general PSOE de Huelva y al mismo tiempo secretario de organización?, ¿ha trabajado alguna vez este señor en algo que no sea el PSOE?, ¿este señor cree que TODOS los andaluces son "criaturitas"?, ¿de verdad este señor se cree lo que dice?.



jueves, 2 de mayo de 2013

Una intifada de navaja y macetazo

Fuente: El País - 20/4/2008. Autor: Arturo Pérez Reverte 
UNA INTIFADA DE NAVAJA Y MACETAZO

En estos tiempos de códigos más o menos Vincis, de conspiraciones vaticanas y de tramas ocultas, regado todo con la inevitable agua llevada al molino de la política, el 2 de Mayo no podía quedar al margen.

En estos tiempos de códigos más o menos Vincis, de conspiraciones vaticanas y de tramas ocultas, regado todo con la inevitable agua llevada al molino de la política, el 2 de Mayo no podía quedar al margen. Por eso, junto a historiadores de probada solvencia que aportan al bicentenario obras fundamentales para comprender mejor un tiempo decisivo para la España de entonces y la de hoy, aparecen también versiones pintorescas de los acontecimientos que desencadenaron la Guerra de la Independencia. Historiadores o historietistas de variada casta, sin recurrir ni siquiera al recurso -que casi todo lo justifica- de la ficción, vuelcan en la fecha del 2 de Mayo las más peregrinas interpretaciones personales: desde quien plantea el conflicto como una primera guerra civil entre españoles, anacronismo que hace llevarse las manos a la cabeza a los historiadores serios, a quien pretende demostrar, no ya que los madrileños se alzaran directamente por la Constitución de 1812, sino por la de 1978, o casi. Sin que falte algún historiador profesional que -a qué pasar hambre, si es de noche y hay higueras- presenta libro, pretendidamente riguroso, bajo el reclamo publicitario: Las tramas secretas de la insurrección.

Nada de eso es malo, por supuesto. Está bien que circulen opiniones diversas, artículos y libros, y que el lector curioso o especializado disponga de variados puntos de vista para establecer su propia idea del asunto. El tiempo y los verdaderos historiadores ponen siempre, al fin, cada cosa en su lugar. Eso ocurre ya estos días con la difusión de trabajos admirables como los del teniente coronel José Manuel Guerrero Acosta o la historiadora Carmen Iglesias -magnífico, su ensayo breve La tragedia de la inteligencia-, la publicación de ensayos solventes como el José Bonaparte de Manuel Moreno Alonso o el Dos de Mayo de 1808 de Arsenio García Fuentes, entre otros, y la reedición, o feliz permanencia en las mesas de novedades de las librerías, de títulos fundamentales como La guerra de la Independencia, de Miguel Artol; El Dos de Mayo, mito y fiesta nacional, de Christian Demange; o El sueño de la nación indomable, de Ricardo García Cárcel.

A juicio del simple lector que soy, el valor singular de las obras citadas es que sus autores saben, o supieron, mantener las distancias con el lugar común de la nación en armas unida y solidaria como un solo hombre, poniendo límites al alcance del mito que a los españoles de mi generación se nos inculcó en las escuelas de los años 50 y 60: resistencia numantina, patria y religión, lealtad colectiva y sin fisuras a la idea de una España unida en su rica diversidad, arma al brazo y en el cielo las estrellas, etcétera; capaz de ponerle camisa azul lo mismo a Viriato que al Cid Campeador, a Cervantes, a Daoíz o a Velarde.

El 2 de Mayo y la guerra de la Independencia fueron procesos complejos donde, como ocurre en todos los lugares del mundo, la mayor parte de los protagonistas se vieron arrastrados contra su voluntad y donde, paradójicamente, muchas grandes hazañas tuvieron justificación en el fanatismo e incultura de sus protagonistas. Ni todos los curas fueron trabucaires -no pocos obispos colaboraron con el invasor-, ni todos los guerrilleros fueron héroes -numerosos bandoleros y asesinos se justificaron bajo ese nombre-, ni todos los afrancesados fueron villanos oportunistas. Además, los aliados ingleses se comportaron a veces con más crueldad y falta de escrúpulos que las tropas francesas. Y entre 1808 y 1814, los ejércitos españoles fueron de derrota en derrota hasta la victoria final, lograda a fuerza de coraje y tenacidad nacional, de una parte, y de ayuda británica, por la otra, mientras miles de patriotas voluntarios o forzosos eran sacrificados por la incompetencia, la desorganización, la insolidaridad y la mala fe tradicionales, tan propias de España y su gente. Sin contar lo que vino después: el retorno del rey más infame de nuestra historia, la abolición de las libertades constitucionales y la demostración aplastante, en el sentido literal del término, de que en 1808 -o unos años antes, cuando todavía era posible, quizás, una guillotina en la Puerta del Sol- los españoles nos equivocamos de enemigo. Error del que, doscientos años después, todavía pagamos las consecuencias.

Frente a esas realidades probadas por autoridades solventes, el fatigoso rumor de la España épico-folclórica, levantada para defender, unánime y coordinada desde el primer día, nación y libertad, sigue como fondo del discurso de ciertos historiadores. Algunos, como el profesor de la Complutense Emilio de Diego, parecen incluso haber descubierto -en eso se basa, al menos, la promoción de un reciente libro suyo sobre 1808-, que la guerra de la Independencia, a través del 2 de Mayo, empezó con una red de conspiraciones previas secretísimas y clandestinas; un aristocratismo difuso encabezado por militares, aristócratas y clérigos, que habría hecho las delicias de Dan Brown. Todo eso, a pesar de que algunas de tales conspiraciones, las menos novelescas, son del dominio público hace tiempo -se conocen al menos cuatro, y ninguna fue más allá del proyecto, a veces disparatado-, de que casi todas fueron más bienintencionadas que reales, y de que ninguna llegó a consumarse nunca; ni siquiera el complot de los artilleros, el más serio, que implicaba a los capitanes Daoiz y Velarde con otros militares de poca graduación, y que fue desbaratado por el ministro de la Guerra, el afrancesado, luego colaborador de los invasores, general Gonzalo O'Farril.

El 2 de Mayo no fue resultado de tramas secretas ni conspiraciones patrióticas. Es cierto que agentes profernandistas alentaron en Madrid protestas y motines; pero, como han probado historiadores respetables, eso nunca fue más allá de pequeños incidentes. Ni siquiera Fernando VII, indeciso ante Napoleón en Bayona, soñó con una guerra contra los franceses: su reacción al conocer la noticia fue de miedo y confusión, pues nunca habría osado llegar tan lejos. De dar pataditas en las espinillas de Murat, lugarteniente del emperador en España, a una insurrección nacional previamente organizada, media un abismo que sólo la avidez oportunista de originalidad académica permite salvar. En Madrid, los hilos los movieron el azar y la cólera. Y los redaños. Afirmar lo contrario es rebajar la gesta. El pueblo que el 2 de Mayo luchó contra los franceses no estaba manejado por agentes secretos de Fernando VII ni del Gobierno británico, sino que su impulso fue espontáneo, impremeditado, desorganizado, y sangriento. Fue un estallido de furia ante la injusticia francesa; la chispa de un altercado ante Palacio que prendió por la ciudad como reguero de pólvora. Nadie lo esperaba tan grave; ni siquiera los protagonistas. La prueba es que todos los supuestos conspiradores de las supuestas tramas secretas se quedaron en sus casas mientras el pueblo encolerizado se juntaba en cuadrillas, daba la cara con navajas, macetas y armas de fortuna, corriendo de un lado a otro por la ciudad, siempre en busca, inútilmente, de alguien que lo dirigiera. Cierto es que hubo un aristócrata y dos capitanes de artillería que se batieron, respectivamente, en la puerta de Toledo y en el parque de Monteleón; pero lo hicieron, como confirmaron luego amigos y compañeros, no como piezas de una trama, sino por cuenta propia; por pundonor y vergüenza torera.

El 2 de Mayo, un pueblo ingenuo e ignorante se batió en Madrid sin orden y solo, abandonado por su rey, por su Gobierno, por su Ejército y por las clases acomodadas, que se quedaron mirando desde los balcones, suspicaces, a aquella turba que trastornaba el orden público, y luego respiraron aliviados -lo cuentan testigos irreprochables como Alcalá Galiano- cuando la tranquilidad volvió a las calles. En aquella ciudad de 170.000 habitantes sólo tomaron de verdad las armas tres o cuatro mil hombres, mujeres y niños. La lista de 413 muertos y 160 heridos prueba que la mayor parte de quienes pelearon desempeñaban oficios humildes: jornaleros, albañiles, panaderos, criados, mozos de caballos, aguadores, empleados, dependientes, chisperos, desertores, rufianes, putas, manolas: pueblo bajo que ese día salió a pelear, no movido por conspiraciones rocambolescas, sino porque había franceses a tiro de navaja, y la gente estaba harta de que se pasearan por Madrid como por su casa. El 2 de Mayo sólo fue un día terrible de cólera local. Una intifada de puñal, trabuco y macetazo; no un día de patria, nación y libertad. Todo eso vino después, a partir del 3 de Mayo y de la torpe y brutal represión francesa; cuando la nación entera se alzó en armas, en una guerra despiadada que cambió la historia de Europa. Algo que quienes lucharon y murieron el 2 de Mayo en las calles de Madrid no habían imaginado siquiera.