Fuente: El Mundo 4/11/2013 LA ESCOPETA NACIONAL. Autor: Carlos Cuesta
La izquierda que se avecina
Echar un vistazo a nuestro panorama político puede afectar gravemente
a la salud. Pero, pese a las potenciales secuelas psíquicas, más
propias de estas fechas de Halloween que del análisis político, es
conveniente de vez en cuando mirar lo que se avecina. Aunque sólo sea
para ser conscientes de lo que puede llegar al poder en fechas no muy
lejanas.
Y esta última semana hemos tenido ración doble de izquierda. De una
izquierda que ha trasladado su escalada nacionalista, a través del PSE,
directamente hasta el Congreso de los Diputados. Y que ha exhibido sin
tapujos, ante la inacción de su matriz –el PSOE–, su apoyo a un derecho a
decidir que no busca sino la ruptura de España y la Constitución.
De una izquierda, llamémosle PSE o PSN –a fin de cuentas, PSOE–, que
ha apoyado en Navarra y País Vasco a los proetarras con el fin de
aplastar incluso el derecho al pataleo de las víctimas. Porque no es
sino eso -–lo único que les ha quedado a las víctimas– lo que han
reividincado esos políticos que aún muestran cierta comprensión por
quienes tras dar su vida por nosotros y nuestra convivencia en un Estado
de Derecho, ven hoy libres y sonrientes a sus asesinos.
De una izquierda fanática que, en boca de Alberto Garzón (IU), ha
cargado contra Juan Roig (Mercadona) por el enorme pecado de prosperar y
generar riqueza. Porque para la izquierda más radical no es un ejemplo a
seguir un empresario español que ha conseguido crear 74.000 puestos de
trabajo directos y hasta 400.000 indirectos. No… tan sólo es la prueba
evidente e irritante de que las tesis comunistas, antagónicas del modelo
de Mercadona, son la más perfecta garantía del fracaso y la pobreza.
Y de una izquierda que parece llamar a las puertas del Club de la
Comedia cuando, en boca de Centella (IU), asegura sentirse «muy espiada»
por la Casa Blanca, porque «a EEUU le interesa mucho el PCE». O cuando,
verbigracia del PSOE, pregunta al Gobierno –y no es broma– «cómo afecta
la Ley de Costas a Guadalajara».
Ésa es nuestra izquierda. Ejemplo máximo de «negación de la verdad»,
como dijo Jean-François Revel. Porque, a fin de cuentas, su alejamiento
de la realidad no responde sino «a elementales motivos de autoprotección
y de huida ante el deber de asumir el pasado, el famoso deber de
memoria, reservado de momento al pasado nazi».
No hay comentarios:
Publicar un comentario