Por fin se ha puesto fin al despropósito que hicieron el ministro Moratinos y el nefasto presidente Zapatero dando estatus de Estado a Gibraltar.
Fuente: El Mundo 6/11/2013 Autor: Luis Olivencia
Gibraltar
EL MINISTRO de Asuntos Exteriores, García Margallo, dio a conocer ayer
el contenido del acuerdo alcanzado con el Reino Unido en relación con
el proceso descolonizador de Gibraltar. El ministro mostró su particular
alegría porque considera «enterrada» la Declaración de Córdoba y, con
ella, el futuro del denominado «Foro Tripartito de Diálogo», que solo
sirvió para darle a Gibraltar el mismo trato que ostentaban en ese Foro
los Estados soberanos. Era de suponer que el silencio sobre Gibraltar
(particularmente, el mantenido por el, ahora, obediente Fabián Picardo)
respondía a la existencia de un proceso negociador entre los dos Estados
como, efectivamente, así ha sido. El acuerdo alcanzado por España y
Reino Unido, fue aprobado el pasado 28 de octubre por el Comité de
Descolonización de la ONU y será elevado a la Asamblea General durante
el mes de diciembre.
En suma, el acuerdo viene a recomendar a España y al Reino Unido que
procedan a solucionar el conflicto de soberanía a través de
negociaciones bilaterales. España reconoce como un gran éxito que
Londres haya matizado la referencia a que la solución definitiva de la
cuestión de soberanía tenga en cuenta los intereses y las aspiraciones
de Gibraltar, que sean coherentes con el derecho Internacional. Dicha
coherencia, en opinión del ministro, evita que Gibraltar pueda
convertirse en árbitro del proceso de negociación, ejerciendo un
inexistente derecho de veto. Asimismo, evitaría también el ejercicio del
derecho de autodeterminación, ya descartado en el art. X del Tratado de
Utrecht, que otorga a España un derecho prioritario de adquisición
cuando el Reino Unido decidiera dar, vender o enajenar la propiedad de
Gibraltar.
El acuerdo, según señala el ministro, vuelve a colocar el contencioso
gibraltareño dentro de los cauces de negociación de los que nunca debió
ser apartado. Pero sus declaraciones, muy optimistas, chocan con el
silencio que la prensa británica dispensó ayer a este acuerdo del Comité
de Descolonización de la ONU. Al fin y al cabo, el respeto que el Reino
Unido ha prometido a los gibraltareños en relación con cualquier
acuerdo que afecte a la soberanía del territorio ha tenido reflejo en
las Constituciones de 1969 y 2006. La labor asumida de «matizar» este
derecho está aún por ver, pero no convendría ser muy optimistas porque
el Reino Unido ha manifestado en varias ocasiones que no adoptará
ninguna medida que no sea aprobada por los gibraltareños. Sin duda, esta
es una fórmula idónea para perpetuar la presencia de la potencia
colonizadora en Gibraltar. En cualquier caso, supone un éxito para
España que el proceso descolonizador se someta a la Declaración de
Bruselas de 1984 y a las resoluciones de la ONU, todas favorables a
España.
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