Fuente: mayrena.com - Autor: José Manuel Navarro Domínguez (Profesor de historia)
El Castillo de Luna
El castillo llamado "de Luna", de Mairena del Alcor es un modelo, bastante bien conservado, de la arquitectura militar cristiana de la Baja Edad Media en el reino de Castilla.
Su pretendido origen musulmán, denunciado en su apelativo, parece tener ciertos visos de realidad a juzgar por la afirmación del propio Bonsor que creyó encontrar restos de edificación islámica en su base. Con certeza sabemos que una torre denominada Mayrena fue entregada a la orden de Calatrava en el repartimiento de Sevilla en 1253. Ningún resto de esta torre ha podido ser localizado en las catas arqueológicas efectuadas con motivo de las obras de emergencia.
El edificio actual fue construido en dos fases. La primera data de mediados del s. XIV, cuando Mairena es entregada, en 1342 a Pedro Ponce de León, por el rey Alfonso XI. En este momento se construye un gran patio de armas cuadrangular de unos 700 m2 , con cuatro torres de unos 7 m. de altura en las esquinas.
La segunda fase se localiza en la segunda mitad del s. XV, dentro del ambiente general de las guerras nobiliarias andaluzas de finales del reinado de Enrique IV, protagonizadas, en el ámbito sevillano, por los Ponce de León y los Guzmanes. Posiblemente se realizan las obras cuando Rodrigo Ponce de León es expulsado de Sevilla, entre 1471 y 1474. La reforma del castillo consistió en la construcción de una camisa exterior o antemuro bajo y ancho, un foso excavado en la roca y una veintena de troneras de artillería.
A lo largo de la Edad Moderna el castillo es abandonado y ya en la documentación municipal de principios del s. XIX aparece citado como una ruina. A la muerte de Mariano Téllez Girón, duque de Osuna y Arcos, sus numerosos acreedores se hicieron cargo del edificio.
En 1902 el arqueólogo ingles Jorge Bonsor Saint-Martín, compra el castillo que hasta 1897 perteneció a la Junta de Acreedores y Obligacionistas del duque.
Entre 1903 y 1906 realiza Bonsor diversas obras de consolidación y reconstrucción para instalar en su interior su residencia. En ella acumula los frutos de sus excavaciones arqueológicas, su archivo, la biblioteca, y su colección de pintura, armas y objetos típicos de la comarca.
Tras su muerte, en 1930, su viuda, Dolores Simó Ruíz, cuida del edificio hasta su propio fallecimiento en 1979. En 1978, tras un año de negociaciones, el Ayuntamiento de Mairena adquiere la colección Bonsor junto con el material documental y bibliográfico de interés por un importe de 6 millones de pesetas. Tras diversas negociaciones , el castillo y el terreno de olivar anexo fueron adquiridos por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía en 1985, con su mobiliario y algunos objetos artísticos por un total de 35 millones de pesetas.
Su pretendido origen musulmán, denunciado en su apelativo, parece tener ciertos visos de realidad a juzgar por la afirmación del propio Bonsor que creyó encontrar restos de edificación islámica en su base. Con certeza sabemos que una torre denominada Mayrena fue entregada a la orden de Calatrava en el repartimiento de Sevilla en 1253. Ningún resto de esta torre ha podido ser localizado en las catas arqueológicas efectuadas con motivo de las obras de emergencia.
El edificio actual fue construido en dos fases. La primera data de mediados del s. XIV, cuando Mairena es entregada, en 1342 a Pedro Ponce de León, por el rey Alfonso XI. En este momento se construye un gran patio de armas cuadrangular de unos 700 m2 , con cuatro torres de unos 7 m. de altura en las esquinas.
La segunda fase se localiza en la segunda mitad del s. XV, dentro del ambiente general de las guerras nobiliarias andaluzas de finales del reinado de Enrique IV, protagonizadas, en el ámbito sevillano, por los Ponce de León y los Guzmanes. Posiblemente se realizan las obras cuando Rodrigo Ponce de León es expulsado de Sevilla, entre 1471 y 1474. La reforma del castillo consistió en la construcción de una camisa exterior o antemuro bajo y ancho, un foso excavado en la roca y una veintena de troneras de artillería.
A lo largo de la Edad Moderna el castillo es abandonado y ya en la documentación municipal de principios del s. XIX aparece citado como una ruina. A la muerte de Mariano Téllez Girón, duque de Osuna y Arcos, sus numerosos acreedores se hicieron cargo del edificio.
En 1902 el arqueólogo ingles Jorge Bonsor Saint-Martín, compra el castillo que hasta 1897 perteneció a la Junta de Acreedores y Obligacionistas del duque.
Entre 1903 y 1906 realiza Bonsor diversas obras de consolidación y reconstrucción para instalar en su interior su residencia. En ella acumula los frutos de sus excavaciones arqueológicas, su archivo, la biblioteca, y su colección de pintura, armas y objetos típicos de la comarca.
Tras su muerte, en 1930, su viuda, Dolores Simó Ruíz, cuida del edificio hasta su propio fallecimiento en 1979. En 1978, tras un año de negociaciones, el Ayuntamiento de Mairena adquiere la colección Bonsor junto con el material documental y bibliográfico de interés por un importe de 6 millones de pesetas. Tras diversas negociaciones , el castillo y el terreno de olivar anexo fueron adquiridos por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía en 1985, con su mobiliario y algunos objetos artísticos por un total de 35 millones de pesetas.
DESCRIPCIÓN Y ANÁLISIS DEL CASTILLO. Autor del texto: Carlos Romero Moragas (Patronato Provincial de Urbanismo. Diputación de Sevilla 1989)
HISTORIAS DEL CASTILLO. Fuente: mayrena.com - Autor: Manuel Gavira Mateos
Fuente: mayrena.com - Autor: Manuel Gavira Mateos
George Edward Bonsor
y Saint Martín
(Lille 1.855, Mairena del Alcor 1.930)
(Lille 1.855, Mairena del Alcor 1.930)
Su padre fue un ingeniero inglés que viajó mucho por Europa y
Norte de África, instaló en Sevilla y Cádiz la fabrica de gas para el alumbrado
público, su madre era francesa y murió joven. De la familia materna heredó la
cultura y la lengua francesa, idioma en el que escribía y rezaba, y de su padre
el incansable gusto de viajar por gran parte de Europa, conociendo entre otros
estos países: Bélgica, Rusia, Alemania, e Inglaterra, en los que permanecía
largas temporadas que coincidían con los trabajos de su padre, lo que hizo que
dominase varios idiomas. Se formó como pintor en las escuelas de Bellas Artes
de Londres y Bruselas.
Llega a nuestra comarca en la primavera de 1.881, aunque parece ser que ya había hecho un anterior viaje. Se dirige a Carmona, después de recorrer parte de Castilla y Andalucía, por los consejos de su padre, que había tenido una novia allí, en busca de temas de inspiración para su primera vocación: la pintura.
Llega a nuestra comarca en la primavera de 1.881, aunque parece ser que ya había hecho un anterior viaje. Se dirige a Carmona, después de recorrer parte de Castilla y Andalucía, por los consejos de su padre, que había tenido una novia allí, en busca de temas de inspiración para su primera vocación: la pintura.
Una vez instalado en Carmona, de la que llegó a escribir en su
diario: "Esta ciudad debería ser conocida por la localidad donde se encuentra
más chicas guapas modernas y más antigüedades romanas", va recorriendo toda
la comarca. Se cuenta aún en Mairena que en esta época usaba como medio de transporte,
frecuentemente, una bicicleta que había hecho traer de Francia. Poco a poco,
y debido a los frecuentes movimientos de tierra que en aquella época se hicieron
(Nuevos caminos, zanjas para enterrar plagas de langostas, vías férreas..),
va descubriendo la riqueza de la zona en restos prehistóricos. Conoce a un joven
farmacéutico de Carmona. D. Juan Fernández López, que era un entusiasta de las
antigüedades y poseía una llamativa colección de monedas romanas. Al poco tiempo
se asocia con él para emprender la excavación de la necrópolis de Carmona y
así, paulatinamente, va abandonando la pintura y convirtiéndose en un buscador
infatigable de restos arqueológicos, su buena disposición para el dibujo le
ayudaría extraordinariamente y nadie como él recorrería la comarca penetrando
en sus ancestrales entrañas.
A la excavación de la Necrópolis, que fue inaugurada al público en el 1.885,
le siguieron prospecciones en la Cruz del Negro, Alcaudete, Alcebuchal, Cañada
Honda, Vereda de Alconchel, Castillo de Mairena, La Alunada, La Peñuela, etc..
y sin citar las salidas de nuestro entorno comarcal si es destacable los trabajos
que compartió con D. Felipe Méndez, culto labrador mairenero que excavó por
muchos lugares de los Alcores, donde era propietario de las tierras exploradas,
y parece ser que llegó a poseer una rica colección de objetos prehistóricas
que llamaron la atención de D. Jorge. Estos yacimientos que trabajaron juntos
fueron Bencarrón, Santa Lucía y Gandul entre otros. Solía trabajar instalando
dos grandes tiendas de campaña a pie de la excavación: "Me despierto todos
los días un poco antes de las cinco. A las cinco pongo a hervir el agua para
hacer el café. A las cinco y media, el agua hierve; me levanto a las cinco cuarenta
y cinco, y el café está ya listo. A las seis, los hombres concluyen de toma
el café y se van a trabajar. Es entonces cuando escribo cartas, notas, etc..
A las siete me arreglo y arreglo la tienda. A las ocho, voy a ver los trabajos.."
Así vivió más de 50 años de actividad arqueológica frenética. Que a veces, compartió con otras apasionadas aficiones: la fotografía, la astronomía, llegó a afirmar que su atalaya del Castillo era el lugar ideal para el estudio de los astros, la colección de cuadros antiguos...
En marzo de 1.907 contrae matrimonio con Doña Gracia Sánchez, su primera esposa. No hace mucho, escuché una simpática anécdota de esta época y relacionada con él, contada por Antonio el de Silvestre. Parece ser que el noviazgo duró más años de los previstos y deseados, pues tardó mucho la licencia de Roma para el matrimonio. No olvidemos que él era anglicano. Se contaba por Mairena que esta tardanza se debía a que envió un recadero a Roma para conseguirla. Como éste iba en burro no terminaba de cumplir con su misión debido a la larga distancia y a la pereza del asno.
Unos años después, en el 1.934, el ayuntamiento republicano de Mairena le agradece su labor: "rindiéndole a la vez un homenaje al gran artista que consiguió hacer de un castillo en ruinas un verdadero museo de arte antiguo Don Jorge Bonsor Saint Martín, (y) que se rotule con su nombre una de las calles que conducen al citado castillo, que pudiera ser la de Giordano Bruno y el Ayuntamiento lo acuerda así".
LA ÚLTIMA RESTAURACIÓN
Como todas las restauraciones de monumentos, el Castillo de Luna no iba a ser menos y no tener sus detractores o no conformes de como se ha hecho las mismas, este es el caso de la web arqueologiamedieval.com y su articulo `El nuevo castillo de Luna (Sevilla)´ del 4/03/2011.
Agradecimiento a todos los autores de artículos, paginas web y videos que se incluyen en este post.
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