Cada día que pasa a los elementos de IU se les esta cayendo cada vez mas la mascara de demócratas. Como decía aquel "tiempo al tiempo ..."
Fuente: Diario El Mundo 31/5/2013, COMENTARIOS LIBERALES. Autor: Federico Jiménez Losantos
De Moscú a Barcelona
EN 1977, Carrillo pactó con Suárez la legalización del PCE a cambio
de la lealtad a la Ley –es decir, a la Reforma franquista frente a la
ruptura antifranquista- y de dos reconocimientos: el de la Corona y el
de la bandera nacional, que desde el siglo XVIII y con todos los
regímenes salvo el de la II República, ha sido y es la rojigualda. Nunca
se insistirá bastante en que fue la bandera de la I República y que su
escudo tradicional es el coronado por el Águila de San Juan de los Reyes
Católicos, que incluye las armas de todos los reinos cristianos, el
yugo y las flechas, símbolo de Ysabel y Fernando, las columnas de
Hércules y el Plus Ultra, símbolo del descubrimiento de América. El
escudo actual, feo y dinástico, es menos nacional que el del Águila, que
nunca ha sido símbolo de victoria alguna, ni de Franco ni de nadie,
sino de San Juan, «El Águila de Patmos».
Que al escudo histórico se le llame preconstitucional, cuando
preside la Constitución del 78, jurada y plebiscitada con él, prueba el
triunfo del analfabetismo. Y que los comunistas arrinconen la bandera
nacional en favor de la tricolor, la de Lerroux, adoptada absurdamente
en 1931 y fatalmente asociada a la guerra civil del 36-39, demuestra que
del PCE del 77 no queda nada y que sus jefes son torvos indocumentados.
Pero en honor del PCE del 68 al 77 –condena de la invasión de Praga,
asumir el modelo del PCI– que es el que yo conocí, quiero recordar que
si no sufrió para adoptar la bandera nacional en 1977 fue por una razón:
porque, sin que sus jefes lo advirtieran y gracias a los jóvenes
militantes, había dejado de ser el partido de Moscú y se había
convertido en un partido español. Al rechazar Cayo Lara la soberanía del
pueblo español y respaldar el separatismo catalán, el PCE vuelve a ser
el partido del extranjero. Y ni siquiera el de Moscú: el de Barcelona.
Con Stalin, el derecho de autodeterminación fue una forma de trocear
estados burgueses para someterlos a la URSS. Pero incluso como proyecto
criminal, la III Internacional tenía cierta grandeza. Esto no. Valderas, verdadero amo de IU, quiere unir
directamente a Andalucía con Cuba y Venezuela. Y Cayo Lara va y deja de
ser agente de la Komintern para convertirse en representante de los
Pujol. ¡Qué degeneración!
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