Hoy estoy triste por que mi Hermandad no ha hecho Estación de Penitencia por las calles de Mairena, lo mismo le ha pasado a otras dos y les acompaño en su tristeza. Pero no hemos de olvidar que la lluvia de hoy y ayer es un designio de Dios y como tal debo o debemos aceptarlo, quizás nos ha querido mandar un mensaje con ello, como le ocurrió a este ejecutivo:
>>Un exitoso ejecutivo paseaba a toda velocidad en su auto sin precaución, de repente siente un golpe y al bajarse ve que un ladrillo le había estropeado la pintura de la puerta de su lujoso auto. Se subió y lleno de ira dio un giro de 180 grados; regresó a toda velocidad a donde vio salir el ladrillo. Se bajó del auto y agarró por los brazos a un niño, le gritó a toda voz: "¿Qué fue eso?, ¿Qué crees que haces con mi auto? ¿Por qué hiciste eso?". El niño le dijo: Por favor, señor, por favor. ¡Lo siento mucho!. "Le lancé el ladrillo porque nadie se detenía"... Estaba llorando mientras señalaba hacia el lado del auto. "Es mi hermano", Le dijo. Se descarriló su silla de ruedas y se cayó al suelo... y no puedo levantarlo. Puede usted, por favor, ayudarme a sentarlo en su silla?". Impactado por las palabras del chiquillo el ejecutivo estaba emocionado por lo que acababa de pasarle, levantó al joven del suelo y lo sentó nuevamente en su silla. Luego de verificar que se encontraba bien, miró al chiquillo y este le dio las gracias con una sonrisa que no tiene posibilidad de describir nadie... "DIOS lo bendiga, señor...y muchas gracias" le dijo.
El ejecutivo todavía no ha reparado la puerta del auto, manteniendo la hendidura que le hizo el ladrillazo... para recordarle el no ir por la vida tan de prisa que alguien tenga que lanzarle un ladrillo para que preste atención. DIOS normalmente nos susurra en el alma y en el corazón, pero hay veces que tiene que lanzarnos un ladrillo a ver si le prestamos atención.<<
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