martes, 3 de diciembre de 2013

Socialistísima

Fuente: ABC   25/11/2013  EL RECUADRO   Autor: Antonio Burgos

Socialistísima
En el habla cotidiana hay modas. Sí, hay unos escaparates de Zara del lenguaje popular, a los que llegan tendencias que se imponen rápidamente. Hubo un tiempo en que todo el mundo decía "a nivel de". Si las bombillas de una calle estaban fundidas, los vecinos se quejaban al alcalde diciendo que había "mucha oscuridad a nivel de barrio". Todo era "a nivel de". Ahora la moda es "lo siguiente". Igual que están desapareciendo los tiempos de futuro en los verbos y siendo sustituidos por el "vamos a" ("voy a salir" por "saldré" y "voy de decir" por "diré"), también están quedando arcaicos los adjetivos superlativos. Ya no se dice de una señora que es "guapísima", no. Ahora se dice: "Guapa, no, lo siguiente". Ni de un tío que es "pesadísimo". Es: "Pesado, no, lo siguiente".
Aunque no me gustan estas agresiones al español llamadas modas del lenguaje, recurro a este Zara de la moda para comentar la entronización de Susana Díaz no sólo en Andalucía, sino en España entera. Esta va para La Moncloa que escarba... Habrán visto los telediarios abriendo con Susana Díaz, los suplementos dominicales con la presidenta a toda pastilla, en plan "esta es su vida"; hasta con foto de niña cuando su padre la llevaba "al Parque de las palomas", o cuando se casó ante la Esperanza de Triana, que tampoco elige mal sitio para el sacramento del matrimonio la señora, que se proclama creyente.
Según el pintor Ricardo Suárez, a quien la crítica política se le da casi tan bien como los pinceles, la entronización nacional de Susana Díaz en Granada es altamente simbólica. Con la Toma de Granada concluyeron los Reyes Católicos la Reconquista y con la Toma de Granada ha empezado la toma del frasco de la reconquista de España por parte del mismo PSOE que con Zapatero nos llevó a la ruina y con Griñán a la conversión de Andalucía en la Tierra del Mangazo, ora de los ERE, ora sindical. En Granada han cantado "que le quiten el tapón al botellón", debiendo entenderse por tapón los últimos recuelos y zurrapas de la Foto de la Tortilla que quedaban en el PSOE. La generación de Chaves y Griñán despertó como equipo de viejas glorias la noche que durmió en Granada para asistir a la solemne proclamación de la Susanidad, del Susanismo, del Susanato.
Y aquí es donde viene al pelo el uso del lenguaje de moda. ¿Cómo ha sido posible todo esto? ¿Quién ha sido el guionista de esta película, que alerto al PP que deben contemplar como una cinta de terror para ellos, que todavía ni siquiera tienen candidato a la Junta, porque el dedo dictatorial de Rajoy está remolón? Sé por qué ha sido posible todo esto. No sé si ella es la guionista, o si la hoja de ruta, como ahora se dice, se la ha diseñado alguien, aunque no quiero ni pensar que el PSOE tenga su Arriola, con uno ya tenemos bastante. Pero esta irresistible ascensión ha sido posible porque Susana Díaz es... socialista, no, lo siguiente: socialistísima. En menos de horas veinticuatro, que decía Lope de Vega, se ha presentado como si no tuviera nada que ver con el Zapatero que llevó a España a la ruina, ni con el Griñán que empendoló la trama de los ERE. Ha sido tan lista que se ha presentado como un borrón y cuenta nueva. Como si no fuera la sucesora de Griñán, la que tiene el poder de la Junta gracias a las bombonas de butano que le lleva Valderas, porque no ganaron el gas ciudad de la mayoría absoluta. Pero ha reconocido que ellos son los ganadores que perdieron las elecciones que ganó el perdedor Arenas. Puede ser a la larga la sección femenina de Zapatero: un espanto. Pero de momento es la sección femenina de Bono: el arte del birlibirloque, del similiquitruqui que decía Manolo Ramírez, del trile político. ¿Es mérito de ella, o resulta que todo esto lo da Triana? Qué arte, hija... Lo suyo, doña Susana, es de arte: Triana pura. Sin que yo entregue la cuchara de arrear estopa al poder, reconozco que esta señora no es socialista, sino lo siguiente: socialistísima. Al paso que va, hasta le puede quitar votos al PP. Al fin y al cabo, en Triana el embuste es una de las Bellas Artes, ¿verdad, Ángel Vela?

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