martes, 20 de agosto de 2013

Examen de españolismo

Fuente: El Mundo. 19/08/2013 ESPAÑA: LA ESCOPETA NACIONAL. Autor: Carlos Cuesta

Examen de españolismo

Gibraltar se ríe de nosotros. Al igual que lo han hecho Venezuela, Bolivia, Argentina o Ecuador con sus expropiaciones. O como Cuba, con el asesinato del ciudadano español Oswaldo Payá. Y el problema, en boca del socialista López Aguilar, no es nuestra debilidad, sino que el PP aprovecha situaciones como la violación de la soberanía nacional, de los derechos laborales, de la lucha contra el blanqueo y de la protección medioambiental en Gibraltar «para examinar de españolismo».
¿Acaso es que les da miedo ese examen? ¿O es que el españolismo –que según la RAE, no es sino el amor a las cosas características de España o el carácter genuinamente español– provoca urticaria en algunos de nuestros políticos?
Nos hemos acostumbrado de tal forma a aceptar como legítimas opciones políticas cuyo único fin es la violación de la Constitución y la destrucción de la unidad de España que consideramos normal que casi medio arco parlamentario sienta vergüenza de ser español. El PSOE no se atreve a pronunciar el nombre de España en Cataluña. IU esconde bajo una bandera republicana un amasijo de radicalidad que se torna en nacionalismo en cada territorio que aspira a la independencia. ERC plantea la violación de los cauces constitucionales para fraccionar España. ICV asume un «derecho a decidir» que no es sino la plasmación de la mayor de las soberanías: la autodeterminación. PNV, mientras reclama con una mano un cupo aún más rebosante de millones, plantea con la otra su «autogobierno» en el contexto de la UE. CiU retira de sus calles el nombre del país que asiste a Cataluña con un rescate de 28.000 millones y condena a la marginación a quienes defienden la lengua española. BNG emplea su presupuesto para impulsar la campaña nacionalista. Y Amaiur-Bildu-Sortu, cuando dispone de un minuto entre campaña y campaña en favor de presos etarras, expresa su solidaridad a una colonia británica cobijo de blanqueadores y traficantes.
Esa es nuestra debilidad. Y ese el motivo de las afrentas de Gibraltar y de las expropiaciones por populistas. Porque la fragmentación de nuestros partidos en la defensa de los intereses nacionales es la mayor garantía para todos aquellos que desafían nuestra soberanía de que nuestra política exterior no mantendrá su firmeza más allá de uno o dos periodos legislativos.
Por supuesto que es fundamental un examen de españolismo. ¿O es que acaso no aspiran todos esos partidos a gobernar, condicionar o gestionar España?

 

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