viernes, 18 de enero de 2013

¿Otra organización del Estado Español es posible?

No, no me disgusta para nada "El Manifiesto en favor de la Reforma de la Constitución y la Ley Electoral" impulsado por el Foro de la Sociedad Civil.
Seguro que desde la progresia nacional (incluyo al PSOE, IU y demás partidos de izquierdas), los nacionalistas "moderados", los nacionalistas independentistas e incluso de miembros del PP darán "palos hasta en el cielo de la boca" a los miembros de este Foro por promover este manifiesto y sobre todo las cosas interesantes que contienen. Una de las causas de esos "palos" es porque se acabaría si se hiciera lo que proponen con el chiringuito que tienen montado casi todos los partidos y sus políticos.
Lo que no tengo duda es de la capacidad de raciocinio y solvencia intelectual de los miembro de este Foro, empezando con el ex ministro Ignacio Camuñas, el Teniente General Muñoz Grande, los catedráticos Ariño, Sagardoy, Lagares así hasta 8 solo en su Junta Directiva ademas de abogados del Estado, diplomáticos, etc. y un Consejo Asesor que para si quisiera mas de un partido.
Lo que sigue abajo es parte del Manifiesto
en favor de la Reforma de la Constitución y la Ley Electoral, empieza con una frase que explica a mi parecer el por que de la creación del Foro de la Sociedad Civil y este Manifiesto.

“Quien quiera desecar una charca no puede pretender contar con el beneplácito de las ranas”

Medidas que se proponen para la Reforma de la Estructura del Estado

1. Sustitución del actual Estado Autonómico por un Estado Unitario, con un solo Gobierno, un único Parlamento Nacional y un Tribunal Supremo garante de los derechos y libertades ciudadanas, única y definitiva instancia nacional para la resolución de los conflictos jurídicos que se originen.
2. El modelo de Estado que defendemos goza de mayor tradición constitucional y mejor ejecutoria que el actual Estado Autonómico establecido en nuestra Constitución que, en buena medida, supuso una creación improvisada a medio camino entre el Estado Unitario y el Estado Federal y que, con el transcurso del tiempo, ha demostrado sobradamente su inviabilidad y los riesgospotenciales que encierra.
3. Tanto el modelo unitario como el modelo federal pueden ser absolutamente democráticos y no cabe poner tacha alguna a ninguno de los dos. Francia, como arquetipo de Estado Unitario, y Alemania, como modelo federal, constituyen un buen ejemplo de lo que afirmamos.
4. La historia de nuestro país en los dos últimos siglos, nos enseña que, cada vez que hemos intentado apartarnos del modelo unitario con experiencias federales o pseudo federales, hemos cosechado un sonado fracaso. En el siglo XIX la I República de signo federal desembocó en el cantonalismo y en el siglo XX, la II República ensayó el sistema autonómico que acabó siendo también un nuevo intento fallido.
5. Los partidarios de una España federal deben recordar que el Estado Federal encuentra su fundamento en la conveniencia de unir lo que previamente está separado y no para separar lo que lleva unido muchos siglos. La pretensión de estructurar España siguiendo un modelo federal choca, precisamente, con la pretensión de una gran parte del nacionalismo catalán que desea la diversidad, esto es, poder disfrutar de un estatus diferente al resto de las regiones españolas lo que, a su vez, resulta inadmisible para la mayoría de ellas.
La solución federal, además de no contar con tradición histórica que la avale, acabaría
siendo una falsa solución para un problema que así planteado no tendría visos de resolverse satisfactoriamente.
6. La solución que defendemos es, en definitiva, más sencilla y funcional, más económica en términos de gasto público y más respetuosa con el conjunto de nuestra historia. Además, garantiza de manera fiable y segura la igualdad de derechos y obligaciones de todos los españoles que es, junto a la separación de poderes y la existencia de elecciones libres, la auténtica clave de todo régimen democrático.
7. El modelo de Estado que proponemos puede perfectamente acoger y garantizar aquellos hechos diferenciales, que existen en nuestro país, de carácter lingüísticocultural, foral e insular en sus propios y estrictos términos.
8. En congruencia con lo anteriormente expuesto, creemos procedente proponer la supresión del Senado ya que entendemos que su funcionamiento resultaría superfluo e innecesario.

Propuesta de nuevo sistema electoral


1- La propuesta que en concreto presentamos es del tenor siguiente: 50 Diputados elegidos en listas de partido a escala nacional conforme a un sistema de carácter proporcional.
300 Diputados elegidos en circunscripciones uninominales a través de un sistema mayoritario a doble vuelta.
El nuevo sistema electoral que proponemos consiste en combinar, por una parte el sistema proporcional en una lista única nacional para que todos los partidos políticos con relevancia suficiente puedan tener debida representación en el Congreso de Diputados y, por otra, dar primacía indiscutible al sistema mayoritario de circunscripción uninominal a través de un sistema de elección a doble vuelta.
En la primera vuelta se podrían presentar todos aquellos candidatos que reúnan las condiciones exigidas. Si alguno de ellos alcanzara la mayoría absoluta, no tendría lugar la segunda vuelta. En caso contrario, los dos candidatos más votados dilucidarían su escaño en una segunda vuelta.
El sistema mayoritario de circunscripción uninominal supone que se elige un solo diputado por cada circunscripción, de tal manera que cada ciudadano tiene su representante político al que acudir y el diputado elegido se encuentra directamente vinculado y responsable ante sus electores.
Es el procedimiento que rige en las principales democracias representativas como Francia, Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Australia etc.
En nuestra propuesta se combina, por un lado, el sistema alemán y, por otro, el sistema francés al adoptar la posibilidad de que exista una doble vuelta.
2- Proponemos igualmente eliminar las subvenciones a los partidos políticos, sindicatos y organizaciones empresariales que deberían financiarse con las cuotas de sus miembros y los donativos reglados que reciban de sus simpatizantes.
Ello no obsta para que el Estado conceda las facilidades debidas a todos los candidatos con objeto de asegurar un mínimo de condiciones igualitarias a todos los contendientes en una consulta electoral.

Epílogo

Las reformas que se recogen en el Manifiesto, además de la virtualidad política que encierran, supondrán un importante ahorro de Gasto Público que estimamos en miles de millones de euros.
El conjunto de medidas recogidas en el Manifiesto exige ineludiblemente la reforma de nuestra Constitución. Dicha reforma sería deseable pudiera contar con el mayor apoyo posible de las fuerzas políticas en presencia pero no debería quedar paralizada por la búsqueda obsesiva de un ilusorio consenso hoy muy improbable dada la actual posición de las principales fuerzas nacionalistas en relación con la cuestión territorial.
Entre los que creemos en España, patria común e indivisible de todos los españoles como reza nuestra Constitución, y los que prefieren excluirse de ella, no podrá existir nunca un verdadero acuerdo. Seguir enmascarando nuestras diferencias no conducirá a nada positivo y continuar retorciendo nuestra Constitución, para tratar de agradar a los que manifiestan una creciente voluntad de ruptura, acabará conduciéndonos a una situación cada vez de más difícil manejo.
Por ello, la principal responsabilidad en la ejecución de la reforma corresponde hoy a las que son las dos fuerzas mayoritarias del país, sobre las que la Opinión Pública y, particularmente, la Sociedad Civil, deberán ejercer su influencia y una creciente presión.
Las resistencias y obstáculos que previsiblemente encontraremos para el desarrollo de nuestra propuesta no deberían producir desánimo entre los que estamos convencidos de su conveniencia y oportunidad sino, antes bien, deberían suponer un acicate para redoblar esfuerzos y entusiasmo ya que el único objetivo que nos mueve es el interés general de España y nuestro futuro como Nación.

"Cuando una opinión se respalda con compromiso se convierte en convicción."  Henry Siqueiros

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