Incoherencias de políticos y otros.
Fuente: ABC 16/04/2014 EL RECUADRO Autor: Antonio Burgos
Figurones de la Pasión
Yo tenía un gran profesor de Literatura en el
Bachillerato que cuando se acercaban la Semana Santa nos aconsejaba la
lectura de un libro. Era de un autor ahora absolutamente olvidado: ese
Gabriel Miró que apenas evoca el nombre de un premio literario. El libro
era "Figuras de la Pasión del Señor". Un prodigio de prosa, de la que
ya no se estila. No por nada, sino por lo del estilo. Estilo sin manual.
En cuestión de estilo, parece que los novelistas de hoy escriben sus
obras, preferentemente históricas, que son las que se llevan, con un
Manual de Estilo: todos cortados por la misma tijera de no tener estilo
propio.
Me ha acordado de Gabriel Miró y de
aquella lectura recomendada porque abro en estas fechas el periódico y
me parece una reescritura de aquella obra, con el título algo cambiado:
"Figurones de la Pasión del Señor". O, lo que es lo mismo, figuroneo a
costa de la Pasión con el pretexto de su conmemoración en la Semana
Santa. Los nazarenos y los penitentes van con el rostro velado por el
antifaz. Los únicos. El resto va como practicantes del deporte
cofradiero por excelencia: el postureo del figuroneo. Más que para
figurar, las cofradías son óptima ocasión para figuronear. Que es ir de
figurón. Figurón llaman en el toreo a una gran figura. A quien sus
aduladores dicen que es una gran figura, vamos, pues muchos proclamados
figurones no pasan de figuritas, y en muchos casos figuritas de
porcelana o de plastilina, cuando no para encima del televisor por el
que tanto les gusta salir como "toreros mediáticos".
Ni el toreo ni nada: para figurones, los
de Semana Santa. ¿Por qué los políticos de toda tendencia tienen tanta
atracción por las cofradías para trabajarse el voto usándolas, cuando
muchos de ellos ni creen en Dios? Cuando se encienden los cirios de las
candelerías de los pasos de Virgen acuden los políticos como las
mariposas a las velas. Mas no se queman las alas en el empeño de acudir a
la luz, porque son las luces de los focos de la televisiones y de los
flashes de las fotos a las que en verdad se acercan. Veo a Susana Díaz
en Málaga, ante El Cautivo. Ah, ya: debe de ser el sagrado Patrón del
famoso Voto Cautivo que mantiene en el poder a su partido desde hace 32
años en Andalucía. Susana Díaz aparece con otro que nunca falta por
estas fechas entre los Figurones de la Pasión según Málaga: Antonio
Banderas. Esta vez no va de hombre de trono. Pero Susana Díaz sí va de
cofrade de tronío, con la medalla de la hermandad al cuello, igual que
el actor, que parece su cicerone. Me paro a pensar. Vamos a ver: dicen
que esta señora es creyente, que se casó ante la Virgen de la Esperanza
de su Triana natal. Ahí lleva al cuello una medalla que es,
evidentemente, signo de fe católica. No he visto a ningún moro de la
morería con esa medalla al cuello. Y si esa medalla es símbolo de la
Iglesia que con el "no matarás" condena el aborto, ¿cómo es que el
Gobierno que preside esta señora tan católica presenta recursos para
defender no el Derecho a la Vida que preconiza la Iglesia, sino el
derecho a la libre decisión de la mujer sobre su cuerpo, como piden,
esto es, el derecho a cometer ese crimen que dijo el Concilio Vaticano
II que era el aborto? Cada vez lo entiendo menos. Como no entiendo que
las cofradías no expulsen de entre sus hermanos a los famosos e hijos de
famosas que por las televisiones defienden la barra libre de aborto y
que verás tú cómo el Jueves Santo van de Figurones de la Pasión, en
primera fila de telediario, medalla al pecho.
Me duelen los pies de andar por las
bullas viendo cofradías, que en Sevilla es ya un deporte de riesgo. Les
juro que en ninguna bulla me he encontrado a un solo Figurón de la
Pasión. Claro, como en las bullas no hay fotógrafos... Los puñeteros
figurones no se acaban de enterar que en estos días la soberanía popular
se llama bulla, no figuroneo entre las aduladoras hermandades. A las
que por cierto les gusta un político más que a un político una cofradía.
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