Fuente: ciberniz.com
La vida de esta revista o semanario se extendió desde el 11 de mayo de 1972 al 6 de junio de 1976. En ese tiempo se publicaron de 213 números. Su tamaño era de 38 X 25 cm., su precio inicial de 15 pesetas, estaba impreso en buen papel de excelente gramaje, constaba de 16 páginas y se utilizaban dos tintas, de forma que el color fuese mudando semana a semana.
Creado
y animado por Chumy Chúmez (aunque al principio figurara como director
Ángel García Pintado, después sustituido por Bernardo de Arrizabalaga),
se inspiró en Charlie Hebdo y procuró dar la máxima importancia a los
dibujantes, relegando a los escritores a una tarea complementaria, mientras
les obligaba, además y en la medida de lo posible, a ocultar sus nombres verdaderos
bajo los correspondientes seudónimos, de manera que no había forma de identificar
la personalidad que se ocultaba tras ellos.
Veamos
algunos ejemplos: Arturo Ruibal era "Sir Arthur", Emilio de la Cruz
Aguilar, "Mc Macarra" y "Aemilius", Joaquín Jiménez Arnau, "Jimmy
Corso", Francisco Umbral, "Lord" y "Tío Óscar", y así. Otros articulistas
fueron Carlos Luis Álvarez "Cándido" que se firmaba "Licántropo", Luis
Carandell "Luigi Sametegal" y "Don Luis", Manuel Vicent, José
Luis Coll y Rosa Montero; pero quienes atraían la máxima atención
eran los artistas gráficos: Chumy Chúmez, Manuel Summers, Gila, Perich,
Cesc, Ops, y Forges.
Este
último haría eclosión y alcanzaría su cénit en las páginas de Hermano Lobo
con una serie de innovaciones gráficas y, sobre todo, con ilustraciones
a gran tamaño plagadas de un sin fin de bocadillos, que venían a ser como
una versión nueva y original de las célebres multitudes de Opisso en
los años 30.
Pese a esa preponderancia gráfica, curiosamente lo que sobrevivirá al semanario
a través del tiempo serán dos secciones escritas: "Las casettes de Mc Macarra"
y, sobre todo, "El Diccionario de Coll", que habría de transformarse en su
formato de libro en todo un best-seller y que, ya entrados en el siglo XXI
ha merecido una ampliación actualizada.
Posteriormente
el equipo se fue incrementando con dibujantes como Saltés, Dodot, Cortázar,
Amalito y Ramón, al tiempo que Ops se desdoblaba también
en El Roto, mientras otros escritores aumentaban asimismo su nómina:
Eduardo Haro Teclen, que también se firmaba como "Pozuelo", y Manuel
Vázquez Montalbán como "Sixto Cámara" o "Adolfo".
Se
ha escrito que el humor de Hermano Lobo fue renovador en su época,
cáustico con el poder, irreverente y crítico con la sociedad de su tiempo.
No obstante al entrar en el tercer año de su existencia comenzó a experimentar
una huida de lectores que llevó su economía a números rojos.
Había
desaparecido el impacto de la novedad de un humor que terminaba por resultar
excesivamente coyuntural en la dura etapa de la transición social española.
No se supo dar con la fórmula renovadora y al fin, con un especial de verano
con muchas más páginas vendido al precio de 60 pesetas, concluyó una aventura
por demás estimulante.
Se ha dicho que el humor de “Hermano Lobo”, cáustico
con el poder, irreverente, y muy crítico con la sociedad, fue el más
inteligente y mordaz de aquellos tiempos. Antes, se ironizaba mucho más
sobre la situación política, se provocaba más la sonrisa; ahora, ya no
sonreímos tanto. Se echa bastante en falta. No debemos olvidar que para
muchos: el humor es un arma de intervención en la realidad.
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